Lo único que no me gustó, fue el trato y la poca amabilidad de la recepcionista de la tarde, la que tiene el cabello corto. Tuvimos un poco de problemas para lograr abrir la puerta del Hostal y al no lograrlo, fue ella a abrirnos CON UNA CARA de pocos amigos, súper grosera nos contestó que era muy fácil abrir, cómo si fuera obvio para nosotros, ya que NUNCA habíamos abierto esa puerta. Su actitud siguiente fue de desesperada y a penas y nos quiso contestar. Es un hotel hermoso, pero es muy importante la atención para nosotros que volvemos constantemente a Madrid. Definitivamente ya no volveremos ahí.