Es una riad preciosa, entras por una mini puerta en un callejón pero cuando lo ves es una gran sorpresa, tiene un patio interior estilo andaluz, en la azotea hay sofás tumbonas y una mini piscina, para desayunar, fumar o simplemente tomar algo disfrutando de Marrakech. La localización es perfecta, a dos minutos andando de la plaza de Fna jemma y de todas las tiendas y puestos; y las habitaciones estuvimos en varias y cada cual mas bonita que la anterior, muy árabes.