El alojamiento tenía una ubicación excelente, Vaticano 10 min a pie y fácil de llegar y rápido al centro de Roma en transporte público.
La habitación tenía todo lo necesario, ropa de cama, toallas, útiles de aseo e incluso una nevera personal.
Habían varias diversas opciones de desayuno incluso para personas intolerantes a la lactosa (noticandolo) me facilitaron yogures, queso y leche aptas para mi consumo que podía guardar en nuestra habitación.
Joseph fue excepcionalmente cercano, servicial y amable e hizo que la estancia fuera aún si cabe más memorable. Incluso jugó al futbolín con nosotras y nos recomendó restaurantes locales.
Muy recomendable.