La tapa del inodoro no se mantiene arriba, no limpian bien, las sabanas estaban manchadas, el desayuno solo ofrece dulces y harinas, la calefacción es tan caliente que la habitación se convierte en un sauna, se escucha absolutamente todo de la calle y de las demás habitaciones. Una señorita en recepción que nos trató como ladrones, terrible toda la experiencia. Lo único bueno de todo fue el trato de Salvador que nos recibió el primer día, nos orientó y nos ayudó con los tours, muy buena su atención y muy amable por parte de Salvador.