Es relativamente nuevo. Muy buena ubicación y la idea de una casona tradicional. Llegué a pie desde la central de autobuses, en realidad hice todo a pie (al menos que no te guste caminar). La atención de Mayra y Joel fue muy cálida y atenta. La deco es linda y tiene todo lo necesario para un par de días. Tiene hamaca para la siesta!! Las instalaciones limpias. El WiFi me dió igual pues fui a pasear y descansar. Puede haber ruido de motos, perros o gallos en la zona desde muy temprano por la rutina del pueblo, así que lleva unos tapones para oídos. Sin queja alguna, volveré a este hotel en mis futuras visitas a Valladolid. No hay aguas embotelladas en cuarto pero sí vasos y un dispensador en áreas comunes, donde llené mi termo, no tengo problema, estoy a favor de prácticas sustentables, pero pueden considerar jarras en habitaciones y hielo en un futuro, por el intenso calor.