“Nos alojamos en una suite. Estaba muy limpia y era muy amplia. Nos obsequiaron con dos botellas de agua y una botella de cava (fantástico).
El desayuno: había de todo lo típico en este tipo de establecimiento. Cafes, zumos, bollería, fiambres, tostadas, huevos...
Puntos negativos: las vistas de la ventana dan al tejado de una nave industrial. En el mundo en que vivimos tendría que haber enchufes en las mesitas de noche para cargar móviles u otros dispositivos.”